Cuidar, Acompañar, Guiar y Favorecer el proceso de maduración Humana, Cristiana y Franciscana del Hermano que nos ha elegido en el Servicio de Ministros es una TAREA Y COMPROMISO que juntos lo hacemos posible.
Gracias a todos los hermanos ministros o sus representantes que pudimos compartir este momento de COMUNIÓN y FRATERNIDAD.
«Os daré pastores según mi corazón» (Jr 3,15)
«Lo que gratis habéis recibido, dadlo gratis» (Mt 10,8)
«Venid y veréis» (Jn 1,39)
«La entrega confiada no quedará defraudada, si, por nuestra parte, nos mantenemos fieles a la gracia recibida» (2) y asumimos «la responsabilidad de cooperar con la acción de Dios que llama, creando y manteniendo las condiciones en las cuales la buena semilla, sembrada por Dios, puede echar raíces y dar frutos abundantes» (PDV 2).
«Ay de mí si no evangelizare», decía Pablo (1 Cor 9,16). Quien ha recibido la Buena Noticia de la vocación no puede menos de comunicarla abiertamente a los demás y de invitarles explícitamente a seguir, también ellos, a Jesús. Es necesario pasar de una «pastoral de espera» a una «pastoral de propuesta»; es necesario pasar de una «pastoral de retaguardia» a una «pastoral de vanguardia». El Señor no deja de llamar. Esta es la certeza que motiva nuestra esperanza. Pero al mismo tiempo Él quiere tener necesidad de nosotros para hacer sentir dicha llamada ....desde el servicio que se nos ha elegido .... . Y esto debe urgirnos al compromiso de invitar a otros a seguirle.
(EL CUIDADO PASTORAL DE LAS VOCACIONES por Giacomo Bini, o.f.m.)
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