CONFAR - MEGAMINERIA

DECLARACIÓN DE LA JUNTA DIRECTIVA NACIONAL DE CONFAR

RESPECTO A LOS CONFLICTOS EN TORNO A LA MEGAMINERÍA


En estos días estamos asistiendo a hechos que merecen una reflexión y una toma de posición de la ciudadanía. Como  Conferencia Argentina de Religiosos y Religiosas queremos hacer oír nuestra voz y manifestar “nuestra opción por la humanización”.

Por un lado, ante la creciente militarización y la explotación de hidrocarburos de la zona malvinense por parte de Gran Bretaña, el gobierno llama a unirse en pos de reivindicar nuestra soberanía. Por el otro, vemos como los pueblos de las provincias del noroeste se levantan contra la megaminería, luchando para conservar el ambiente y cuidar la creación, mientras son reprimidos y se criminaliza la legítima defensa de sus derechos.

Hay una grave contradicción entre el reclamo de nuestra soberanía en Malvinas y la entrega desvergonzada de nuestro territorio andino a empresas que buscan quedarse con el oro a costa del agua. “Argentina necesita una producción minera absolutamente transparente. Una actividad que genere importantes ingresos para las provincias y muchas fuentes de trabajo pero que no afecte en lo más mínimo el medio ambiente”. Somos conscientes que no se puede prohibir totalmente la minería pero, aprobar que envenenen a los pobladores y que se lleven toda el agua, es directamente un suicidio. 

“Como Iglesia profética, consideramos que es urgente priorizar una economía de las necesidades humanas que sea justa, solidaria y recíproca, y de políticas de desarrollo humano integral que respeten el derecho de los pueblos y preserven las cualidades vitales de los ambientes naturales. Para ello es necesario denunciar el impacto negativo de los megaproyectos económicos y de infraestructura, así como promover y exigir el monitoreo empresarial, estatal y civil, esclareciendo las situaciones ilegales e inmorales.” (CELAM. Simposio latinoamericano y caribeño: “Espiritualidad cristiana de la ecología” Declaración final, n º10)

Los cristianos seguimos a Jesús en la construcción del Reino. Esto significa procurar que Jesús y los valores que enseña se puedan encarnar en los corazones, en la sociedad y en las estructuras. El cuidado de la creación es uno de estos valores irrenunciables. La Vida Religiosa Argentina quiere estar presente “donde la Vida reclama” y es por eso que “nos sumamos a quienes manifiestan y piden que se detengan las actividades megamineras en nuestro país y llamamos a todos, para que se hagan escuchar muchas voces, que se unan a las voces de los pueblos que están de pie, para que se discuta y se decida en los ámbitos correspondientes su licitud, a la luz de los Derechos Humanos, los derechos y cosmovisiones de los pueblos y los derechos de la tierra “ (cfr. Centro de Bioética – Universidad Católica de Córdoba- Declaración del 5 de febrero 2012).

Que el Dios de la Vida, nos de como pueblo argentino la fortaleza para cuidar: a nuestro territorio como Creación de Dios, a nuestra población como hermanos muy queridos, a nuestra dignidad de hijos de Dios como un valor irrenunciable. De esto se trata la soberanía de la que tanto se habla en estos días. El único camino para salir de esta situación es el debate, el diálogo y la transparencia.
Junta Directiva Nacional de la Conferencia Argentina de Religiosas y Religiosos.

Buenos Aires, 15 de febrero de 2012

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