Como Región este Semana caminando hacia la NAVIDAD:
“Tomemos al Niño en nuestros brazos, recostémoslo
en nuestro pecho cerquita de nuestro corazón, contemplémoslo, disfrutemos de su
sonrisa, sequemos sus lágrimas, alimentémoslo, acariciemos su rostro, arropémoslo,
y démosle el mejor lugar…. sin que nada nos separe de ÉL… . Pero hagámoslo en el Niño Jesús que
vive en el Rostro de nuestros Hermanos: en situación de calle, de nuestros
hermanos Enfermos, Solos, Tristes, en el rostro del hermano que estoy
distanciado…
Que esta SEMANA. Mientras
caminamos hacia la NAVIDAD … sigamos las huellas que nos conducen al corazón de
los Hermanos. "
Entre los salmos del
Oficio de la Pasión, compuestos por nuestro Seráfico Padre Francisco para su
devoción personal hay también uno para el tiempo de Navidad, que dice así:
"Aclamad a Dios, nuestra fuerza (Sal 80, 2),
Señor Dios vivo y verdadero, con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra (Sal
46, 2-3).
Porque el Santísimo Padre del cielo, nuestro rey desde siempre (Ver Sal
72, 13),
envió a su amado Hijo desde lo alto y nació de la bienaventurada Virgen Santa
María.
Él me invocará: "Tú eres mi Padre"; y yo lo
nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra (Sal 88, 27-28) .
De día el Señor me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza del Dios de mi vida (Sal 41, 9).
Este es el día en que actuó el Señor;
sea nuestra alegría y nuestro gozo (Sal 117, 24).
Porque se nos ha dado un niño santo y amado,
y nació por nosotros (Is 9, 5) fuera de casa,
y fue colocado en un pesebre, porque no había sitio en la posada (Lc 2,
7).
Gloria al Señor Dios en las alturas,
y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad (Ver Lc 2, 14).
Alégrese el cielo y goce la tierra, retumbe el mar y cuanto contiene;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos (Sal 95, 11-12).
Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor toda la
tierra (Sal 95, 1).
Porque grande es el Señor, y muy digno de alabanza,
terrible sobre todos los dioses (Sal 95, 4).
Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la
gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor (Sal 95, 7-8).
Tomad vuestros cuerpos y cargad con su santa cruz,
y seguid hasta el fin sus santísimos preceptos (Ver Rm 12, 1; Lc 14, 27;
1Pe 2, 21).
Fr. Tomás Gálvez
(fratefrancesco.org)
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