«Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre». Así lo define el Papa Francisco al comenzar la Bula que convoca el Año Jubilar de la Misericordia. «Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes» (Bula, n.3).
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